Recuerdo la primera vez que ví mi VFR. Era el 2 de septiembre de 2008. La moto estaba en un local a la espera de terminar de ser montada y matriculada.
La primera foto:
Ocho días después ya la tenía en mi poder. Aún me acuerdo lo nervioso que estaba, es más, casi no pude ir a recogerla porque no me mantenía en pie con constantes mareos.
Ocho días después ya la tenía en mi poder. Aún me acuerdo lo nervioso que estaba, es más, casi no pude ir a recogerla porque no me mantenía en pie con constantes mareos.
Mi hermano Juan Antonio se ofreció para recogerla. Al final fuimos los dos y Belén en su coche. Cuando ví la moto se me pasó todo el malestar que tenía y la llevé yo a casa:
Tras un estricto rodaje, llegó el momento de probar su faceta más deportiva. Para ello nos fuimos a dar una vuelta por algunas de las zonas de curvas que existen en Málaga.
Personalmente, es una moto que resulta fácil de llevar por curvas, con buena respuesta del motor, buen aplomo y muy buenos frenos.
Poco a poco iba cogiendo confianza y he de decir que todavía no he sido capaz de llegar al límite de esta moto, no como otros:
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